Vidas que se cruzan. Vidas que confluyen sin que sepamos cómo ni por qué. Un fin de semana cualquiera. En una ciudad cualquiera. En un incipiente verano, como cualquier otro incipiente verano. Un fin de semana en el que las autoridades han decidido fumigar como solución para acabar con el mosquito del Nilo, o contra la mosca de la fruta, o contra la procesionaria del pino… ¡qué importa! Un fin de semana habitado por personas, personas cuyas vidas se cruzan una y otra vez. Personas cuyas vidas se enredan.
