Un gato anciano que está en su patio regando las flores recibe la visita de su nietecilla, la gatita Candela, que viene enfadada. La pequeña le cuenta que una discusión con su amigo el ratón Manolito ha terminado con su tablet en el agua. Entre sollozos le explica a su abuelo que a partir de ahora no podrá jugar y se aburrirá. El anciano trata de calmarla y le cuenta cómo se divertía él cuando tenía su edad, cuando niños y mayores se reunían en ese mismo patio de vecinos para cantar y bailar flamenco. Y es que ese patio es un patio con mucho arte. Para público de 8 años en adelante.